Fuistes mi estrella fugaz

Hoy, estoy sentado en mi silla escribiendo en vez de estar en tu casa, dando una vuelta por el parque o haciendo el bobo en tu guia turística por Zaragoza. Hoy, me siento aburrido y un tanto apagado porque no tengo tu sonrisa cerca mío, tus ganas de bailar y de hacer que se vuelva el gris el día tras tus bonitos cánticos. Hoy, estoy callado, porque no tengo a quien contarle mi enredada vida y todas las payasadas que me caracterizan, y reir hasta que duelan las abdominales (los tuyos, porque los mios jajaja), y que aun asi sigas interesada y no te aburras, y sigas mirandome con esos ojitos. Hoy, siento nostalgia de este pequeño cuento, en el que tu eras pulgarcita y yo el gigante guapo. Hoy, extraño tu carita de bebé, tu tamaño diminuto, tu ego enorme, y ese algo inmenso que te hace tan especial. Hoy siento que has dejado una gran marca en mi, y que este episodio de película americana con un desenlace inconcluso. Hoy despierto del sueño en el que me metí, en el que eramos lo más lindo. Hoy, solo espero que consigas todo lo que te propongas en tu vida, que llegues a lo más alto, y que cumplas todos los tratos hechos, porque yo aprendí de ti. Hoy, tengo ganas de viajar un día, simplemente, para volver a verte y poder darte un empujón.
Hoy, te has ido y no te volveré a ver, o quién sabe, igual te vuelvo a encontrar en mi camino y volvemos a una nueva guía turística. Gracias por enseñarme tanto, y por hacerme sentir tan bien, me agradas.

¿Y qué más?